Me gustaría iniciar este espacio con un canto de alabanza al sistema que tan buenos resultados está dando en todos los países del mundo, proporcionando oportunidades, tanto de auto empleo para miles de personas como de generación de negocio a miles de empresas, todos ellos bajo un contrato de distribución en el cual han pactado las reglas del juego.
¿Necesitamos convencernos de las bondades del sistema? Yo diría que no… y esto lo avalan los millones de usuarios que de la Franquicia existen en el mundo entero desde hace ya 150, en los cuales, la Franquicia, ha sabido adaptarse a todas las curvas macro económicas de centenares de países, a dispares culturas y a muy variadas y diferentes sociedades de consumo, demostrando con ello su gran flexibilidad y adaptación comercial.
Mucho han mejorado las cosas en este sector. Los franquiciadores han madurado en su papel de concedentes de una marca y de un saber hacer y han sabido proporcionar un elevado respeto al inversor, la esencia más profunda que justifica este sistema, los franquiciados.
Los franquiciados han entendido la enorme importancia que juegan en esta unión, respetando las reglas del juego, entendiendo más que nunca que la unión hace la fuerza y han sido capaces, cada uno con su inteligencia y su carácter, de defender con entusiasmo y ahínco por lo que apostó y por la marca que en su día le enamoró.
Ahora solo hace falta que ambos entiendan que este sistema funciona cuando ambas partes obtienen beneficio de su unión.
Vivimos momentos en los cuales no se pueden alzar las espadas del reproche y la exigencia, de la intolerancia ni de la incomprensión, aferrándose al frío contenido de ese contrato donde, en otros tiempos, habían redactado las normas que los relacionarían durante años y bajo unas condiciones económicas del país muy diferentes a las actuales.
No conocemos desde Centro Franquicias ni un solo sector que no esté afectado por esta brutal bajada del consumo. Son millones de consumidores los que han reducido drásticamente el gasto por la sencilla razón de que no hay dinero, no hay empleo, y los que lo tienen, no ven nada seguro en su entorno y por lo tanto se suman al carro del ahorro y la contención del gasto.
En estos momentos creemos que este sector tiene, a través de su estructura, como plataforma de compras privilegiada, con sus posibilidades de asumir los precios de los medios para su publicidad, con su capacidad de innovación por poseer un profundo conocimiento de su público y de sus necesidades actuales, con su habilidad como comerciante volcada en exclusiva a su producto, tecnología o servicio, por todas estas razones, es precisamente la Franquicia, el único sector capaz de defenderse con dignidad comercial en estos momentos trágicos de la economía española.
Desde aquí y con la humildad de tan solo querer defender en lo que llevamos creyendo desde hace 27 años, quizás sea este el momento de que ambas partes, cada uno en su cadena, cada uno en su casa, llegue a la reflexión de que hay que ceder en los conceptos económicos que pudieran ahogar las posibilidades de seguir existiendo como cadena.
Creemos que ha llegado la hora de apretarse el cinturón TODOS, porque el sistema lo permite, y si hay que reducir los benéficos a esperar a tiempos mejores… se debe de hacer, si hay que esforzarse más con la calidad del servicio al consumidor que nos diferencie de la competencia… habrá que hacerlo y si los números no salen y hay que descongestionar la maltratada cuenta de explotación de los franquiciados haciendo una bajada provisional de sus canones mensuales para defender la integridad de la cadena… habrá que bajarlos. Cualquier cosa, menos perder la mejor característica que tienen este sistema, que es… poder existir en tiempos de crisis mejor que nadie.
A pesar del constante “bombardeo” del gobierno centrando nuestras esperanzas de creación de empleo y resurgimiento de la economía para finales de este año 2013, la regeneración de ese millón de empresas cerradas será un proceso largo, muy largo y duro, que necesitará muchos años para volver a generar riqueza y empleo y, los que aun sobreviven hoy día, deben de ser conscientes de ello, organizarse para no cerrar por falsas expectativas de “tallos verdes” a la vuelta de la esquina, con más tintes políticos que de cruda realidad comercial. Adecuar los negocios para no perder dinero –aunque ya sabemos que en su día no fueron creados con este fin- pero eso les garantizará el futuro de sus inversiones aunque sea alargando el periodo de recuperación del capital invertido, pero al menos, garantizando su permanencia en el mercado, porque, no estar en él… significará perderlo todo.
Yo sí creo en la Franquicia y en sus posibilidades.
Felicidades por el artículo. Yo personalmente estoy convencido de las bondades de este sistema. Ahora bien, me gustaría saber qué opina de las nuevas franquicias low cost que están proliferando últimamente y que, si fuera posible, dedicase alguna entrada en el blog a las nuevas tendencias en este tipo de negocio. Estoy pensando en invertir un capital y tengo dudas sobre si este tipo de franquicia me supone una inversión relativamente segura o si sería mejor desembolsar un poco más de dinero e invertir en una franquicia “tradicional” (por llamarla de alguna manera). Muchas gracias.
Hola Gonzalo:
Al igual que Francisco que ha preguntado en el blog me gustaría saber su opinión sobre las llamadas franquicias low cost y por su experiencia si es una inversión segura, sobre todo para mí que no tengo aún experiencia en comercio ni en venta directa al público y sobre todo en que debo fijarme antes de elegir una de estas franquicias que tanto se publicitan pero que aún no tienen mucha experiencia o al menos no se le conocen muchos establecimientos franquiciados. Que debo pedirles?
Gracias por su respuesta y enhorabuena por la página y por el blog, esperamos impacientes su segunda publicación.
Carmen Pérez.