Hace ya bastante tiempo hemos observado una tendencia, que últimamente se está poniendo demasiado de manifiesto, de llamar “franquicia” a negocios que no lo son ni se le parecen.
Hoy en día, el tirón comercial de las franquicias es innegable. A ello han contribuido multitud de factores: el buen hacer de las centrales franquiciadoras, de los franquiciados, de las consultorías, las ferias, etc… Es indudable que el escenario económico actual favorece la inversión por parte de particulares en negocios que no exigen un importante desembolso y que cuentan con probadas garantías de éxito. Esto junto con las propias características del sistema de franquicia y las estadísticas de los últimos años, que la convierten en un modelo de inversión bastante seguro para la situación económica actual, conforman un caldo de cultivo ideal para la consolidación de la franquicia como una de las opciones de negocio estrella del momento.
Es en este escenario donde surgen empresas que al objeto de captar capitales ofertan su alternativa de negocio como franquicia cuando en realidad lo que ofrecen son meros contratos de distribución, en el mejor de los casos, o intentan conseguir comerciales o mecanismos de mercantilización de productos o servicios sin las garantías propias de un contrato de franquicia.
Ante estos supuestos lo mejor que podemos hacer es informarnos bien. En nuestro libro La franquicia: Tratado práctico y Jurídico explicamos de manera pormenorizada las características del sistema de franquicia para aprender a reconocer cuando nos encontramos ante una y cuando no.
Si estás interesado en ampliar conocimientos sobre este sistema, puedes adquirir el libro aquí y si lo que buscas es el mejor asesoramiento en la materia, ponte en contacto con CENTRO FRANQUICIAS. Estamos a tu disposición.