Richard Branson frecuentemente concede entrevistas en las que habla de su particular idea de la vida y los negocios. Para todos aquellos que no lo conozcan, a grandes rasgos, Richard Branson es un empresario inglés propietario del Grupo Virgin. Todo un hombre hecho a sí mismo que tiene a partes iguales partidarios y detractores pero al que no le podemos negar el mérito de haber creado un imperio de la nada.
En una de sus intervenciones, casi siempre polémicas por extravagantes, declaró lo siguiente:
“Los clientes no son lo primero, lo primero son los empleados. Si cuidas de tus empleados, ellos cuidarán de tus clientes”
Esta afirmación que para muchos puede ser revolucionaria ya que durante décadas la visión empresarial del éxito se ha focalizado en la satisfacción de los clientes, merece ser tomada en consideración si nos atenemos a que en los últimos años numerosos estudios han ligado el aumento en la productividad en el trabajo a incrementos en el nivel de satisfacción de los empleados.
¿Es tan rentable que los empleados estén felices en mi empresa? Parece ser que sí pues según la Universidad de Warwick en el Reino Unido la felicidad hace ser a la gente un 12% más productiva.
Aparte de la productividad, también un buen ambiente laboral tiene otras ventajas que repercuten en el buen funcionamiento de la empresa y que no se han contabilizado en ese 12 % ligado a la producción:
– En materia laboral se reduce el absentismo, las bajas y la rotación de trabajadores.
-En materia de imagen a nadie le gusta comprar en un negocio con empleados estresados o amargados. Esto inevitablemente se transmite en el servicio que ofrecen y en una visión pésima de la empresa.
-En materia de márketing: supone una publicidad impagable: los empleados satisfechos estarán orgullosos de su empresa, la defenderán, la promocionarán y serán sus mejores comerciales entre sus amigos y familiares.
Si ya nos hemos convencido de las ventajas de un buen ambiente de trabajo y todo esto lo extrapolamos al ámbito de la franquicia, tenemos dos frentes sobre los que actuar. Por un lado, siguiendo el razonamiento anterior, los franquiciadores en cada empresa en particular con sus propios trabajadores y por otro lado, la Central Franquiciadora con respecto a sus franquiciados.
En Centro Franquicias no nos cansamos de repetir que es importantísimo cuidar a los franquiciados y fomentar con hechos y con palabras la idea de que todos van en un mismo barco. Eso sí, todos remando felices y todos en la misma dirección.