A la pregunta de por qué elegir la franquicia como inversión una de las principales respuestas es minimizar el riesgo. El inversor que adquiere una franquicia compra un paquete que ha sido testado con éxito en varios escenarios, compra un Know- how y compra una marca. La intención es apostar a un caballo ganador. Sin embargo, a veces esto no ocurre y hoy vamos a analizar alguna de las causas por las que un franquiciador no tiene el éxito esperado. Hay que desterrar la idea de que la franquicia garantiza el éxito empresarial. La franquicia minimiza el riesgo pero no lo hace desaparecer porque en una franquicia también, entre otros factores, es fundamental la elección del franquiciado. Este es un componente sumamente variable y que conlleva responsabilidad por ambas partes, por la central franquiciadora y por el franquiciado.
Ya hemos comentado en ocasiones la importancia de que franquiciador y franquiciado formen un tándem que trabaje a la perfección y por ello, el saber elegir una franquicia o el saber elegir franquiciado, es fundamental para ambos. En la definición y elección de cada franquicia hay que conjugar diferentes variables como experiencia, formación, afinidades personales, disponibilidades horarias, de desplazamiento, capacidad de endeudamiento, etc… Todo ello en un cocktail que tienen que tener muy claro tanto el franquiciador como el franquiciado. El franquiciador para saber lo qué tiene que buscar y el franquiciado para saber lo que va a necesitar. Por tanto, es fundamental tener todos estos aspectos claros y sistematizados. De esta manera, lograremos afinar en la búsqueda de franquicia o en la búsqueda de franquiciador y eliminaremos aún más los riesgos que todo negocio trae asociado, lo que sin duda, es beneficioso para ambas partes.
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